La hormiga y la cigarra.
Érase una vez una pequeña hormiga que cada verano trabajaba para poder alimentarse en el invierno. Recorría largos trayectos por el campo y cargaba todos los granos de trigo que pudiera para guardarlos en su casa.
Una tarde,la cigarra que como de costumbre estaba descansando, vió a la hormiga trabajando sin parar. Se asombró al verla tan ocupada en una época en que todos los animales se divierten.
La cigarra trató de convencerla para que se diera la buena vida como sus compañeros pero no pudo, la hormiguita siguió su rumbo sin prestarle atención. Todos los días,al verla pasar, la cigarra se reía y se burlaba de ella y con su guitarra seguía bailando y cantando sin parar.
Cuando llegó el invierno, el viento y las lluvias se llevaron los pocos alimentos que quedaron en el campo,dejando sin comida a quienes no se habían preparado.
La cigarra corrió hacia donde vivía la hormiga a pedirle ayuda.
-Mira cigarra- dijo la hormiga- si hubieras trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas, ahora no te faltaría alimento.
De todas formas, la hormiguita la invito a su casa y sin pensarlo compartió su comida con ella.
Autor: Elías Chiavarino.