La leyenda del hornero
El tatarabuelo se emocionaba al contar esta historia del hornero,que es un pájaro arquitecto.
Ogaraití era un indio joven,furte y valiente que vivía con su padre en lo profundo del monte nativo:era muy buen cazador, cazaba los ñandues con sus boleadoras y las perdices con flechas que disparaba con el arco que hizo su padre.
Un día volvió con un tatú que había atrapado y le llamó la atención una melodía dulce de voz femenina. Fue a ver de que se trataba, vió que era la hija del cacique y se enamoró tanto de ella que perdió hasta las ganas de cazar, y su padre le llamó la atención varias veces que debía atender sus obligaciones.
Ogaraití, estaba dejando de ser niño y ya empezaba a ser un joven. Para esto, los indígenas debían pasar por tres pruebas: una carrera a pie, una carrera a nado y resistencia al ayuno. Si el ganador era el mismo en las tres pruebas se le concedía un premio extra. En este caso, el premio era casarse con la hija del cacique. Por eso no dudó cuando tuvo que correr en el campo con abrojos y ortigas. Corrió como un venado perseguido por cazadores. Así Ogaraití ganó la primera prueba.
La carrera de nado era más difícil, porque era en el Río Uruguay en una zona donde la corriente era muy fuerte. Al meterse en el río, se sintío como un bagre marino y se impulsaba por el gran amor que sentía. Nadó feliz y así llegó a la otra orilla. salió en el lugar exacto y ganó la segunda prueba por mucha ventaja.
Los jueces dieron su opinión y Ogaraití escuchó pero no se ilusionó porque la tercera prueba era muy diferente.
-Primero competirás contra ti mismo. Debes estar sin comer en la playa por nueve días y nueve noches.
-Solo puedes beber agua del río que tienes en las vasijas de barro.
-Te cubriremos con un cuero, por ese tiempo, esa será tu cárcel. Le dijeron los jueces.
Ogaraití aceptó y se metió en su cárcel, pidiéndole a los dioses que le dieran fuerzas para no comer por esos nueve días.
El destino le tenía una sorpresa a Ogaraití. Solo él resistió los nueve días y las nueve noches. Justo cuando iban a liberarlo y darlo como ganador, ocurrió algo asombroso delante de toda la tribu que observaba. Ogaraití empezó a achicarse y se transformó en un pájaro marrón, que voló hacia la hija del cacique, luego de revolotear sobre ella, subió hasta las ramas de un lapacho y desde allí dió su primer canto alegre.
Antes de que salieran del asombro, la hija del cacique también se convirtió en un pájaro rojizo.
Ella voló hacia el lapacho donde estaba inquieto Ogaraití.
Así fue el origen de la pareja de horneros, los pájaros arquitectos y enamorados, que su nido es de barro y muestra como se veía Ogaraití en su cárcel de cuero.
Autor: César da Silva
aprendaaan a escribit
ResponderEliminarVos aprende a escribir
Eliminarhola
ResponderEliminarhola
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